El cabello tiene función de proteger el cuero cabelludo de la radiación solar y de los agentes externos, como el viento, el cloro de las piscinas o la sal del mar, ya que estos pueden perjudicar los folículos pilosos. Sin embargo, el agente más agresivo para el cabello es la radiación solar.
Cuando hay una exposición solar intensa, el cabello se deshidrata y cambia. Puede cambiar su color ya que la radiación solar estimula la síntesis de melanina. En caso de que no haya mucha melanina o si ha habido una larga exposición solar, el cabello sufre quemaduras.
El cuero cabelludo sufre el riesgo de desencadenar problemas si hay quemaduras y más si ya sufrimos de calvicie, alopecia o poco pelo. Por esa razón es importante proteger el cabello cuando se sepa que va a estar expuesto al sol. Sin embargo, si ya se ha quemado, tenemos que mantenerlo hidratado diariamente, aplicando productos que lo puedan regenerar. Una quemadura puede producir una cicatriz que afecte a los folículos pilosos y que esto desencadene a una alopecia. Por esa razón, es importante prevenir la quemadura y en caso que no se haya hecho, curarlo de la mejor manera.
Por ejemplo, la mascarilla de Wiohair es ideal para regenerar el cabello gracias al aceite de macadamia y manteca de karité que aportan unas propiedades regeneradoras y antioxidantes que nutren al cabello.